- ¿De qué conoce a Miguel Catalán?
He sabido de Miguel Catalán durante toda mi vida. Y ha sido
así porque veraneaba en San Rafael con mi familia cada año,
y es precisamente allí donde veraneaba Miguel y su esposa. Mi
familia y yo pasamos la época que duró la Guerra Civil
en Segovia, lo mismo que hizo él. En otras palabras, siempre
hemos tenido mucho contacto. Para nosotros, la familia
Catalán-Menéndez Pidal siempre ha sido una familia de
referencia. Es más, mi hermano Perico Martín Burgón
estuvo conviviendo con ellos durante muchos años, como si
fuese su hijo. Perico iba y venía con ellos, se pasaba media
vida a su lado. En Segovia, antes de montar el Colegio Estudio,
Perico empezó a estudiar el ingresó en Bachillerato y fueron
Miguel y Jimena quienes le prepararon. Tengo leves recuerdos de
Miguel conmigo, paseando por San Rafael. Si cierro los ojos le
imagino con un jersey sin mangas andando hacia el puerto.
- ¿Le tuvo como profesor?
Con Miguel directamente sólo tuve clase en Séptimo
de Reválida, el último curso de Bachillerato. Tuve la
suerte de que, al menos, nos dio clase de Física ese año,
aunque no durante todo el curso. Dejó España casi a
final de curso para viajar a Estados Unidos. Fue hasta allí
por sus investigaciones, para seguir descubriendo. Pero sí nos
dio un buen tramo del curso. Explicaba la Física de maravilla.
La Física parecía una cosa facilísima contada
por él. Además de ser un magnífico profesor
tengo un recuerdo bueno de él durante una de sus clases.
Organizó unas charlas o conferencias que nos hacía dar
a los alumnos sobre temas muy diversos que no tenían nada que
ver con la Física. Por ejemplo, yo preparé una
conferencia en esa época sobre Sudáfrica y la Guerra de
los Boers. Otros alumnos prepararon otras, pero siempre de temas
culturales e interesantes. Gracias a él obtuvimos otros
conocimientos a parte de lo que es meramente la Física. Le
recuerdo como un hombre con un carácter encantador. Fue una
persona muy popular, de hecho, entre clase y clase siempre estaba
rodeado de alumnos, sobre todo de chicas, que siempre querían
hablar con él.
- ¿Cuál es la relación que
tenía con la educación?
Mucha, podríamos decir que la educación
secundaria y Catalán siempre han ido de la mano. Como marido
de Jimena, estaba muy vinculado al Colegio. No obstante, Jimena fue
la directora. Miguel Catalán tenía un carácter
muy afable y siempre iba a cuerpo. Me refiero a su forma de vestir,
nunca llevaba abrigo ni chaleco ni nada. Sólo iba con una
camisa y una chaqueta. En ese sentido fue un hombre muy peculiar. Es
una característica que heredó de él su sobrino
José Luis Baulúz. Siempre iba a cuerpo. Era un hombre
deportivo, con buena facha, simpático, agradable. Las clases
con él eran una delicia.
- ¿Cómo era como profesor?
Todo el mundo sabe que la Física, en general,
es una materia ardua, difícil. Aunque parezca mentira oírle
dar la materia, explicando el movimiento ondulatorio y demás o
los temas de velocidad, era como un cuento. Parecía una cosa
sencillísima. Lo malo para los alumnos fue que no terminó
el curso por lo que ya dije, fue una pena. Nos cambiaron a otro
profesor que no se parecía nada a él. Pero el tiempo
que nos dio él nos marcó a muchos. Eso sin duda.
- ¿Alguna vez supo cómo fue como
profesor universitario?
No, como universitario no le conocí porque
estudié una ingeniería y ya no tuve mucho más
contacto. Sólo le he conocido aquí por referencia de
terceros pero nada personal. De todas formas, todas estas referencias
han sido siempre muy positivas.