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¿Cree que las clases de Miguel Catalán han podido
influir en los jóvenes del momento para tomar el rumbo
profesional que escogió anteriormente nuestro protagonista?
Es posible que algunos de los que fueron alumnos
suyos hayan estudiado después Física o Química
por influencia de Catalán.
¿En qué año estuvo como alumno de sus
clases en la facultad?
Fue del año 1946 hasta 1957, en la Facultad
de Ciencias, es decir, sobre Química, Física y
Matemáticas. Fue profesor universitario pero de categoría
de doctorado. Quiere decirse que los alumnos éramos de todas
las ramas en general.
¿Qué es lo que más recuerda de él
en su faceta docente?
Le recuerdo poco en clase porque tenía que
trabajar mucho para vivir y ayudar a mis padres, y no podía
asistir a muchas clases de Catalán. Aunque sí que
recuerdo la que se cita en el libro de Sánchez Ron, sobre la
bomba de Hiroshima. Hice una transcripción de esa clase. Fue
la primera clase que dio después de su exilio de diez años.
Desde que volvió a la Cátedra nunca dio dos clases
iguales. Siempre dependía de lo que se estaba produciendo en
la física del mundo. A los alumnos, para que todos
trabajásemos, nos mandaba deberes continuos, como la
influencia de los movimientos sísmicos en las mareas.
¿Hay alguna vinculación de Catalán
con el mundo de la educación secundaria?
Salió muy pronto de catedrático de Instituto. En el
año 1932 le dieron la Cátedra Conde de Cartagena y pasó
a dar clases en la universidad. Pero ya había sido profesor
del Instituto Escuela durante los primeros años de existencia
del mismo. Lo que no sé es si entonces Jimena, como las otras
chicas que estaban estudiando cuando Catalán daba clase, se
enamoró de él o ya estaban juntos anteriormente.
Catalán era un hombre diferente, era muy simpático,
entre otras cualidades que poseía.
¿Qué antepuso: la docencia o la investigación?
La investigación fue después de la Cátedra
Conde de Cartagena, por lo menos la investigación a fondo. Es
decir, él ha sido siempre un hombre que hacía las
prácticas del laboratorio junto a los chicos. Con esta forma
de trabajar, Catalán pretendía que nos diéramos
cuenta de la experimentación dentro del laboratorio. Por
ejemplo, teníamos que aprender cómo se producía
hidrógeno, o cómo después lo hacía arder.
¿Con qué se quedaba entonces: con la práctica
o la teoría?
La verdad es que le gustaba tanto la práctica como la
teoría. Pero fundamentalmente hacía que a los chicos
les gustase la física y se enterasen de las cosas a través
de la práctica.
¿Era ese su ‘enganche’ hacia la Física
y la Química con los jóvenes estudiantes?
La verdad es que estábamos todos enganchados desde el
principio porque los estudiantes del Instituto Escuela empezábamos
en Párvulos y terminábamos en Sexto de Bachillerato
(que eran todos los años que había en la época)
estudiando Física y Química. No fue específicamente
mi caso puesto que a mí me pusieron un curso más porque
terminé durante la Guerra Civil. Me dijeron que como había
estudiado ese plan que era igual que el plan de 1934 –que era un
plan de Bachillerato de siete años–, pues que tenía
que hacer el séptimo en el Ramiro de Maeztu.
¿El descubrimiento de los mutipletes supuso el inicio de
la Edad de Oro de la Espectroscopia?
Sí, es posible que fuese el comienzo de. En
aquella época, tras el de Catalán, todo el mundo empezó
a encontrar multipletes en todos los espectros.
Después del
descubrimiento del multiplete, cada vez hubo más profesionales
que adoptaban estos multipletes en sus estudios, y así se
avanzaba de una forma más rápida.
Claro, es que ya no sólo trabajaba Catalán
en los multipletes sino todos. Todos los que trabajaban en los
espectros en aquél momento se dieron cuenta de lo que les
faltaba, que eso era la clave. Era la organización de aquello
que parecían regularidades, y que eran regularidades. Los
multipletes fueron la clave para descubrir cuál era la
organización energética de esas regularidades.
¿También ha tenido influencia los multipletes en
el desarrollo de la lógica cuántica?
No. Él no trabajó en energía
cuántica, no trabajó en mecánica cuántica
fundamentalmente. Es decir, la cuestión de tipo teórica
se la llevó inmediatamente de las manos Heisenberg a Alemania.
Y de ese trabajo le dieron el Premio Nobel. Es decir, por la
explicación de los multipletes de Catalán.
¿Por la explicación de los multipletes de
Catalán, a Heissenberg le dieron un Premio Nobel?
Sí. La verdad es que ese Premio Nobel debería
haber estado compartido por ambos. Lo que ocurre es que España
por esa época no era bien vista. Por otra parte, como había
sido en el laboratorio de Londres (Imperial Chemical Institute de
Londres) con Fowler (que era quien más sabía de series,
no sólo del hidrógeno, sino también del helio,
de todos los alcalinos y alcalinotérreos) pues ya se sabe. A
Catalán le dijeron que hiciese algo del magnesio, y como él
ya había hecho algo sobre el magnesio, dijo que mejor el
manganeso. Y tuvo la suerte de coger uno de los elementos que
realmente producen ejemplarmente, es decir, con una claridad enorme,
los espectros y los multipletes dentro de los espectros. En el
espectro del manganeso, que trabajó Catalán, se ven muy
claramente los multipletes dentro de los espectros, algo que no se ve
normalmente en otros elementos un poco más complicados. En el
litio, por ejemplo, no es posible hallar más que tripletes. El
manganeso fue un espectro muy bien elegido, tuvo suerte en eso. Sobre
todo, porque empleó para sus primeros espectros hechos en el
laboratorio, unas placas que tenía el mismo Fowler excitadas
para el verde. Es decir, con una serie de productos químicos
que iban poniendo sobre la placa, el verde se vería mejor.
Curiosamente, la parte verde del espectro del manganeso da unos
multipletes preciosos. Al principio el señor Fowler se enfadó
mucho, pero después le confirmó que había
encontrado algo estupendo.
Algo que el mismo Catalán criticó en esa época
es que se imponía la ciencia aplicada a la ciencia pura.
Hombre, él era catedrático también
de instituto y pensaba que a los chavales del instituto los
multipletes aún no les decían nada. Sin embargo, ponía
a sus alumnos a andar por la acera cerca del laboratorio de Ciencias
Naturales del Rockefeller. En esa acera, que tiene setenta u ochenta
metros de longitud, les hacía andar dando pequeños
taconazos al suelo. Llega un momento en que la pared del fondo de esa
acera está a la distancia precisa para que te llegue el eco.
Eso se le hacía observar a los niños para ver que el
eco va a una determinada velocidad y que si medían la
distancia que había desde ahí se daban cuenta de que
eran treinta metros.
Antes de su muerte fue elegido Académico de Número
de la Real Academia de las Ciencias…
Pero no llegó a tomar posesión porque
falleció antes. Además, quien le sustituyó a él,
cuando murió, tampoco llegó a tomar posesión.
Parecía que era una vacante maldita. Fue Arturo Duperier el
elegido en el mismo sillón de Catalán.
Otra forma de comprobar la influencia científica de
Catalán es que se publicaron trabajos suyos incluso siete años
después de haber fallecido.
Es verdad que se siguieron publicando trabajos
suyos, pero en parte es porque nos dejó a todos los que
trabajábamos con él con estudios en marcha. Conmigo
tiene publicado diversos artículos, desgraciadamente después
de su muerte.
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